Un cuento verde en el bosque de los olivos



Finalizaba 1987, eran  vísperas  de las primeras elecciones municipales para estas generaciones salidas de los oscurantistas años de dictaduras y de golpes de Estado.
Es una incógnita desde cuándo habrán practicado y afinado este modus vivendi, pues para ese año se notaba destreza organizativa y operativa en este trabajo muy bien remunerado con el dinero del pueblo. Era un trabajo descarado, degenerado, delincuencial pero instituido como lo fueron los golpes de Estado y sus toques de queda; además en pleno sistema democrático. Este trabajo furtivo o autorizado, soterrado o a vista de todos, consistía en la irrupción de las temibles ´batidas` policiales, bastante beneficiosas para la entidad verde olivo o al menos para los participantes en tales incursiones.
El pretexto era la requisitoria de las Cédulas de Identidad, principal y extrañamente a los clientes de los bares de la ciudad de El Alto. Cada viernes y sábado un par de movilidades policiales recorrían los sectores más concurridos y populares donde los bares acogían a parroquianos compartiendo bebidas alcohólicas. Haciendo uso de su derecho a la libertad; cuando la oscuridad ganaba las calles ingresaban unos ocho efectivos precedidos de su Teniente o Capitán exigiendo mostrarles el carnet o cédula de identidad. El otro pretexto era ubicar ciudadanos peruanos inmiscuidos en la delincuencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...